Está entrando en una de las construcciones más antiguas -si no la más antigua- de Puigcerdà, este pueblo encantador situado en el corazón de las montañas catalanas.
Construida en el siglo XVI, esta casa de piedra y madera maciza ha resistido el paso del tiempo, las nevadas y las transformaciones de la historia. Ha sido siempre propiedad de la misma familia de médicos, que vivió y ejerció su vocación con dedicación y humanidad, cuidando de generaciones de vecinos de la villa.
En la parte posterior de la casa, todavía se conserva un pozo de piedra de más de 24 metros de profundidad, testimonio silencioso de la vida que latía -estaba allí donde se alimentaban las vacas y otros animales de la familia, en una rutina sencilla y arraigada en la tierra.
Hoy, abrimos las puertas de este espacio lleno de memoria para ofrecerle una experiencia especial. Más que un restaurante, esta casa es un pedazo vivo de la historia de Puigcerdà -y es un honor compartirla con vosotros.
Bienvenidos a el Patio de La tieta.